Entrevista al Doctor Juan Jesús Gestal Otero

Juan Jesús Gestal Otero es, ante todo, un profesional de la salud pública: Licenciado en Medicina por la USC (1964-1970), doctor por la Universidad de Navarra (1974), especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y en Medicina del Trabajo y médico del Cuerpo de Sanidad Nacional por oposición (1975).

Ha ocupado las plazas de Subjefe Provincial de Sanidad de A Coruña (1976-1980) y de director del Centro Secundario de Higiene y jefe Local de Sanidad de Santiago (1981-1985).

Desde que finalizó la carrera en 1970, ha estado vinculado a la Cátedra de Higiene y Sanidad (hoy Medicina Preventiva y Salud Pública) ocupando todos los puestos de la carrera docente hasta el de Catedrático (1988).

Junto a la actividad docente ha desempeñado actividad investigadora y asistencial como jefe de Servicio de Medicina Preventiva en el hospital Clínico Universitario de Santiago hasta su jubilación en 2017, siendo nombrado entonces Profesor emérito y continuando hasta la actualidad con la dirección de la Cátedra de Hidrología Médica (desde su creación en 2009).

También ha sido director general de Salud Pública (1996-1997) y Decano de la Facultad de Medicina de Santiago (2011-2017).

Es académico numerario de las Reales Academias de Medicina (desde 1995) y de Farmacia de Galicia (desde 2003).

¿En qué consiste la hidrología médica?

La Hidrología Médica es una especialidad médica que estudia las aguas mineromedicinales, marinas y potables ordinarias y sus acciones sobre el organismo humano en estado de salud y enfermedad.

Los médicos hidrólogos realizan su trabajo en los balnearios y las aplican para prevenir, curar y rehabilitar.

En España es lo que se conoce como cura balnearia (en Francia se le llama crenoterapia y en Alemania balneoterapia).

¿Cómo se usan las aguas mineromedicinales?

Actualmente, se administran las aguas mineromedicinales aplicándolas en el cuerpo, sobre la piel (vía tópica) y a través de aerosoles y pulverizaciones en la boca y nariz (vía atmiátrica)

Hoy, la administración por vía oral, no tiene prácticamente importancia.

A través de la vía tópica (bañándose en las aguas termales), el cuerpo está más ligero, es más fácil moverse (es lo que se llama la hidrocinesiterapia) y la presión del agua favorece la circulación venosa de retorno.

La temperatura de las aguas termales producen diferentes efectos:

• Las frías son vasoconstrictores, produciendo un efecto estimulante
• Las calientes son vasodilatadoras y mejoran la circulación en la piel y la alimentación de los tejidos subyacentes.

A nivel general con las aguas termales calientes:

• Aumenta tu temperatura corporal con una sensación de calor agradable que favorece que te duermas
• Aumenta temporalmente tu frecuencia respiratoria y cardíaca
• Sudas más
• Baja tu tensión arterial
• La orina disminuye y tiene mayor concentración
• Estimula el sistema neuroendocrino, mejorando la respuesta inmune
• Se activan tus defensas
• Se obtienen efectos protectores para tus articulaciones
• Aumentan el umbral del dolor, tienen un efecto antiinflamatorio y protector de los tejidos articulares

Las aguas termales calientes producen también diferentes acciones biológicas:

• Analgésicas, reducen el dolor
• Antiinflamatorias, rebajan la inflamación
• Mejoran el estado antioxidante
• Disminuyen los problemas de artrosis
• Cicatrizantes estimulando la formación de vasos sanguíneos y la secreción de ácido hialurónico

¿Existen aguas mineromedicinales mejores que otras?

Según los minerales que tienen, existen 7 tipos diferentes de aguas mineromedicinales:

• Cloruradas: Favorecen la cicatrización y mejoran las afecciones óseas y los procesos respiratorios y cutáneos.
• Sulfuradas: Tienen una gran capacidad oxido-reductora, y se utilizan en procesos dermatológicos, reumáticos, respiratorios crónicos y otorrinolaringológicos
• Radioactivas: Son sedantes y analgésicas, y se utilizan en afecciones reumáticas, respiratorias crónicas y trastornos psicológicos
• Oligometálicas: Son diuréticas y se recomiendan si tienes cálculos renales
• Sulfatadas: Son indicadas en trastornos funcionales digestivos y biliares
• Bicarbonatadas: Son beneficiosas si tienes acidez gástrica
• Ferruginosas: estimulan la formación de las células sanguíneas

Las sulfuradas, cloruradas y radioactivas son las más utilizadas.

¿Pueden las aguas mineromedicinales mejorar nuestra salud?

Existen muchas evidencias científicas de la eficacia de la cura balnearia para el tratamiento de diferentes patologías, ya sea como:

• Tratamiento de síntomas de acción inmediata (tratamiento del dolor)
• Terapia de primera intención (tratamiento de la psoriasis)
• Terapia complementaria de tratamientos medicamentosos (tratamiento de patologías crónicas del aparato locomotor y respiratorio). Así se logran importantes mejorías temporales reduciendo el consumo de fármacos.

Hoy la cura balnearia se recomienda para:

• Procesos reumáticos crónicos degenerativos e inflamatorios, en fase de brote agudo, (artritis, artrosis, hombro doloroso, tendinitis).
• Neuropatías como lumbalgias, ciatálgias, braquiálgias...
• Alergias y problemas respiratorios fuera del periodo agudo como el asma, bronquitis crónica...
• Enfermedades de la piel como el eccema, psoriasis, ictiosis, liquen plano, prurito, quemaduras y cicatrización de heridas.
• Enfermedades psicosomáticas como el estrés, ansiedad, depresión…
• Enfermedades arteriales y venosas
• Enfermedades del aparato urinario
• Recuperación postraumática y postquirúrgica.
• Tras situaciones de fatiga física o psíquica

La cura balnearia es una terapia suave, poco agresiva, con poquísimas reacciones adversas, bien tolerada, que rara vez ocasiona efectos secundarios.

Además de las aguas termales, el entorno del balneario con un estilo de vida más tranquilo, una buena alimentación, el ejercicio físico, los consejos de salud, las actividades en grupo y la relación médico-paciente complementan tu experiencia de bienestar.

¿Cuál es el papel de los médicos en los balnearios?

Los balnearios son centros sanitarios, por eso tienen que contar con un servicio médico a diferencia de los spas. (Además recuerda que los spas utilizan agua del grifo no aguas mineromedicinales).

Los pacientes que acuden a un balneario para un tratamiento deben pasar por la consulta médica antes de iniciar la cura balnearia.

En esa consulta el médico determinará que no haya ninguna contraindicación y prescribirá la receta termal con los tratamientos que debes recibir.

Tendrá en cuenta tus patologías, tu edad, tu estado general, tus antecedentes médicos (estado psicológico, cardiovascular, contraindicaciones de ciertas técnicas, …), tus aptitudes físicas y psíquicas.

Durante tu estancia, el médico te hará un seguimiento de los tratamientos prescritos y estará a tu disposición para lo que puedas necesitar.

Gracias a esa relación médico paciente de los balnearios podrás aprender cómo cuidar tu salud.

Si vas al balneario sólo para relajarte y no tienes ninguna patología, no necesitas pasar consulta médica.