¿Cuándo utilizar un tratamiento antiacné?

El acné es una afección de la piel que ocurre cuando los folículos se taponan con células muertas y grasa.

Esta obstrucción puede tener dos causas:

• La actividad hormonal, por lo que se relaciona con los cambios de la adolescencia pero también con otros momentos de movimientos de hormonas como la menstruación o el embarazo.
• Un exceso de producción de grasa por parte de las glándulas sebáceas.

El acné no solo se manifiesta en forma de granos sino también como puntos negros que aparecen sobre todo en la cara y el frente.

Otras partes del cuerpo en las que pueden aparecer son la parte superior de la espalda, el pecho y los hombros, según la gravedad del caso.

No tienes que esperar a tener una gran manifestación de acné para empezar un tratamiento. De hecho, recomendamos acudir al dermatólogo ante las primeras señales.

Piensa que si tardas demasiado en ponerle remedio será más difícil eliminar las marcas que pueda dejar en tu piel.

¿Qué tratamientos antiacné funcionan?

Para saber cuáles son los mejores tratamientos para el acné hay que tener en cuenta tu edad, tu tipo de piel y la gravedad de tu caso.

Si tienes dudas ante qué tipo de tratamiento antiacné es más beneficioso para ti consulta las ventajas e inconvenientes de cada uno con el médico. 

Medicamentos tópicos para el acné

Suelen ser los más habituales. Se trata de medicamentos que debes aplicar de forma directa en la zona afectada, ya sea una crema, una loción o un gel.

Por un lado se encuentran los retinoides, que funcionan muy bien con el acné moderado. Evitan que los poros se obstruyan y, por lo tanto, que la piel transpire. 

Es importante que los primeros días de aplicación te asegures de que no tiene efectos secundarios ya que, en ocasiones, pueden provocar enrojecimiento o sequedad de la piel.

Por otro lado tenemos los antibióticos, que se recetan cuando hay que eliminar las bacterias que puedan estar afectando a la piel y provocando el acné. 

Otra opción es el ácido salicílico y el ácido azelaico. El ácido salicílico previene la obstrucción mientras que el ácido azelaico, producido a partir de una levadura, combina propiedades antibióticas con las de los anti acné habituales.

Por último, se suele recetar gel de dapsona en los casos de acné con inflamación.

Medicamentos orales para el acné

En este caso también existen los antibióticos orales cuando el acné es de carácter grave y es necesario reducir o eliminar bacterias del cuerpo.

Por lo general se combinan con otros tratamientos y se prescribe el mínimo tiempo posible para evitar desarrollar resistencia.

La FDA ha autorizado el uso de anticonceptivos orales que combinan la progestina con el estrógeno, aunque tienen el inconveniente de tardar varias semanas en hacer efecto además de efectos secundarios como náuseas, sensibilidad en los pechos y subida de peso.

Si los antibióticos no funcionan se pueden utilizar agentes anti andrógenos en mujeres, lo cual hace que las hormonas andróginas no bloqueen las glándulas sebáceas.

Por último, la isotretinoína, derivada de la vitamina A, se utiliza como último recurso cuando lo demás no ha funcionado ya que tiene efectos secundarios bastante fuertes que implican un seguimiento minucioso por parte del médico.

Terapias para el acné

Aunque son menos conocidas, existen otro tipo de tratamientos antiacné que no se basan en medicamentos sino en otro tipo de técnicas que también han demostrado ser efectivas.

Algunas de ellas son:

• Fototerapia. Consiste en el uso de la luz. Aún hay estudios en marcha acerca de este método para perfeccionarlo.
• Exfoliantes químicos. Se usa ácido salicílico o retinoico por sus efectos anti imperfecciones. No es un método definitivo así que hay que repetirlo.
• Extracción. El médico extrae los granos blancos y los puntos negros con instrumental especializado, aunque pueden quedar marcas en la piel.
• Esteroides. Son para casos graves en los que hay inflamación y dolor en la piel, siendo muy efectivos.

Pero además, también existen terapias alternativas basadas en productos naturales como el árbol del té o la levadura de cerveza. Tampoco hay que olvidar la importancia de la higiene en casa.

Limpia tu cara con un jabón suave, sécala con suavidad y evita cosméticos o maquillajes grasos que empeoren la situación. Usa cremas para protégete del sol directo.

Estas acciones tan sencillas ayudarán a que cualquiera de estos tratamientos antiacné pueda tener una mayor efectividad.