La palabra “Spa” puede sonar a algo muy moderno. Sin embargo, lo cierto es que hay evidencias de que ya los prehistóricos visitaban manantiales de aguas medicinales, tanto frías como calientes, buscando la cura para sus dolencias.
Así, desde la prehistoria hasta la actualidad, pasando por egipcios, fenicios, griegos o romanos…el disfrute de las aguas estaba a la orden del día.
Fueron los griegos los primeros en construir baños termales y empezar a darles un carácter más lúdico.
No solo estaban enfocados en la higiene personal o la cura de enfermedades.
Tiempo después, con los ingenieros romanos, los baños termales se mejoran gracias a la creación de nuevos sistemas de calefacción para el agua.
Saunas y zonas para masajes —y posterior descanso— ganan importancia.
Con la civilización romana, los baños termales se extendieron por todo el Imperio.
Si pegamos un gran salto hasta el siglo XX, sabemos que la medicina de la época reconoció la importancia de las aguas en la salud.
Fue la época dorada de los balnearios, que se convirtieron también en centros sociales a los que se acudía a ‘tomar las aguas’.
Los spas hoy en día
Llegando ya a nuestros días, somos testigos de una nueva evolución en el mundo de los spas: damos mucho valor a la relajación, a la eliminación del estrés que tanto nos afecta (especialmente, desde un enfoque más natural y holístico del bienestar).
Es uno de los motivos que hacen que los spas sean tan populares en estos momentos.
Además, contamos también con la suerte de que ahora estos centros son accesibles para todo el mundo —y no solo para la parte más rica de la sociedad—.
Así, podemos encontrar diferentes tipos de spas: desde los más modestos, hasta los más lujosos…
La diferencia no es solo debida al circuito de aguas o las cabinas de tratamientos, sino que afecta a todo el espacio de bienestar.
Está claro que el concepto que teníamos relacionado con el típico “spa de hotel” ha cambiado mucho desde la clásica piscina con unos simples chorros y una sauna.
Si eres de los que piensan que el agua no es para ti, que eso no sea un impedimento para que visites un spa: ¡la experiencia va mucho más allá!
También es cada vez más habitual que los spas sean lugares sociales, donde poder disfrutar de tu pareja —con cabinas dobles o spas privados—, amigos, familia... ¡incluso mascota!.
Spas de lujo
En los spas de lujo la atmósfera que se respira nada más entrar es de relax total. Nos vemos transportados a un estado zen.
Son sitios en los que perder la noción del tiempo y del lugar, conectando mente, cuerpo y espíritu. Establecimientos que cuidan hasta el más mínimo detalle, para que la experiencia sea única: la decoración, la iluminación, el personal que nos recibe, el albornoz que nos dan, pasando por poder elegir qué sonará en el hilo musical o el aroma de los aceites que utilizan…
También aumentan los spas en los que te encuentras tratamientos y terapias basados en la botánica autóctona. O que cuentan con tratamientos “signature”; es decir, que son únicos de ese spa, marcando así la diferencia y llevando los tratamientos a otro nivel.
Terapias alternativas
Cada vez más, la evolución del wellness se enfoca a una experiencia sensorial y espiritual, no tanto física.
En este camino, el uso de técnicas ancestrales consigue, no solo evadirnos del frenetismo y monotonía de nuestro día a día, sino que reconectemos con nosotros mismos y con la naturaleza.
Nos encontramos tratamientos holísticos, que son a la vez antiguos y atemporales sistemas de medicina tradicional.
Es este el caso de la ayurveda, base de la medicina tradicional de la India —de hecho, es conocida como “la ciencia de la vida”—.
Se trata de una terapia natural y alternativa, que proporciona remedios para mantener nuestra salud y bienestar en condiciones óptimas.
Sus beneficios han sido probados durante siglos y ofrecen tratamientos individualizados y personalizados en los que se considera al cuerpo como un todo, mental, espiritual, físico y emocional.
Las terapias ayurvédicas no son invasivas y sus técnicas de curación se basan en el uso de plantas y productos vegetales.
Reflexión
Y tal vez hayas leído esto y pienses que lo del lujo no es para ti.
Sin embargo, ¿te has parado a pensar alguna vez qué es “el lujo”? Al final, es un concepto muy subjetivo.
Tal vez para ti el lujo sea un spa situado en la azotea de un hotel con vistas a toda la ciudad, quizás seas de los que prefieren una piscina infinita con vistas al mar o a un lago … ¿o acaso tú eres de los que prefieres estar en un jacuzzi en medio de la naturaleza?
Pero también el lujo puede estar situado en el -1 de un hotel, en un spa no tan impresionante, pero en el que te hagan sentir que estás como en casa.
O ese día que compartes el spa con tu pareja o con tus padres o tal vez tus hijos... O ese plan que hiciste con tu mejor amig@... O ese día que, cansado de patear una nueva ciudad, te encuentras de repente un spa urbano y decides entrar, saliendo con energías renovadas para afrontar un nuevo día.
Tal vez seas de los que le dan importancia a la arquitectura del lugar o quizás a su decoración o su olor… Tal vez sea el masaje con el que tan bien ha acertado el terapeuta y que hizo desaparecer tu dolor de espalda.
Sea como sea, seguro que hay un spa para tu gusto.
<<Y es que el agua cura, y esto ya lo sabían los prehistóricos y las civilizaciones más avanzadas de la humanidad.>>