Teresa Pacheco es la Directora de la revista Tribuna Termal y Presidenta de la Asociación Iberoamericana de Termalismo y Bienestar (AITB).
Es licenciada en Periodismo y diplomada en documentación.
Llega al mundo termal de la mano de otra de sus pasiones, viajar, y gracias a la elaboración de guías sobre destinos de salud y bienestar (editorial El País Aguilar). Lleva trabajando y especializándose en este sector desde 1995.
Actualmente, Teresa Pacheco dirige la afamada publicación Tribuna Termal desde que la revista se creó en 2006.
Además, como nos cuenta en esta entrevista, la evolución del mundo termal propició la creación de la Asociación Iberoamericana de Termalismo y Bienestar (AITB) —de la que es presidenta—, con el objetivo de ejercer como organismo aglutinador del termalismo en estos territorios, a la vez que desarrolla una importante labor educativa y de divulgación.
Sin duda, el termal es un mundo fascinante...
¿Qué papel cree que tienen o pueden tener los balnearios y sus aguas mineromedicinales en el presente? y ¿hasta qué punto el público no especializado es consciente de este papel?
Sí, el universo del termalismo es fascinante. Baste decir que cuenta con más de 2.000 años de historia y que no ha sucumbido al paso de los siglos, ni a los cambios políticos, sociales o económicos, al devenir de hábitos y costumbres, guerras y demás acontecimientos que conforman la historia de España en particular y de Europa en general, porque el termalismo español actual se enmarca dentro del “termalismo europeo” y es heredero de esa tradición milenaria que ha buscado en las aguas minerales y termales alivio para multitud de dolencias.
Podemos hacernos una idea de lo que una práctica tan longeva ha generado a través de los siglos, dejando en la memoria de los tiempos no solo una historia tan larga como apasionante, sino también un rico patrimonio arquitectónico y una evidencia científica respaldada por multitud de estudios e investigaciones.
Si bien el termalismo español entró en decadencia en el primer cuarto del siglo XX a consecuencia de las dos guerras mundiales, la Guerra Civil española y el desarrollo de los medicamentos, en la década de los 80 del mismo siglo se empieza a tomar conciencia por la búsqueda de una mayor calidad de vida ante un ambiente cada día más hostil hacia las personas, especialmente en las grandes ciudades.
Se comienza a hablar de ansiedad y estrés, del envejecimiento poblacional, del aumento de las enfermedades crónicas...
Y es en aquellos años cuando se vuelve a poner de nuevo en valor el termalismo y se inician numerosas políticas públicas orientadas tanto a fortalecer la oferta como a incentivar la demanda.
Dentro de las distintas políticas públicas que se llevaron a cabo, la puesta en marcha del Programa de Termalismo Social del Imserso, en 1989, marcó un antes y un después para los balnearios españoles ya que supuso la rehabilitación de antiguos establecimientos y la construcción de otros nuevos con grandes inversiones público–privadas, así como la revitalización económica y turística de los pequeños entornos rurales donde se asientan la mayoría de los balnearios y el aumento de la calidad de vida de los usuarios.
El éxito de este Programa ha sido rotundo, pero ha colaborado a crear una imagen de destinos exclusivos para gente mayor cuando lo cierto es que hay varios tipos de balnearios con una oferta variadísima y apta para todos los públicos.
A la hora de informar creemos que es fundamental la labor de publicaciones como Tribuna Termal, de la que es directora.
¿Qué puede contarnos sobre el origen y misión de Tribuna Termal?
Tribuna Termal nace en el año 2006 por iniciativa propia, aunque bien arropada por un grupo multidisciplinar de profesionales del termalismo y el bienestar.
Mi vocación por el termalismo había nacido años atrás cuando trabajaba en TVE en el programa “A vista de pájaro”, haciendo localizaciones de rodaje.
Todo el tiempo viajando me llevó a pernoctar en los establecimientos que me parecían más curiosos y desconocidos y fue así como empecé a conocer los balnearios españoles, entonces bastante decrépitos y olvidados, pero sin perder ni un ápice de esa magia y curiosidad que subyace en su trayectoria histórica gracias a ese exclusivo recurso natural que son las aguas minerales y termales.
En 1996 me animé a presentar un proyecto a la editorial El País-Aguilar para incluir los establecimientos balnearios en su colección de Guías con Encanto.
Fue así como entre los años 1996 y 2007 recorrí todos los balnearios y centros de talasoterapia de España.
Vieron la luz un total de seis ediciones nuevas de la Guía de Balnearios con Encanto.
De este recorrido nació Tribuna Termal, con el objetivo de dar a conocer esa interesante historia casi olvidada, ese patrimonio descuidado y muchas veces ruinoso, y colaborar especialmente a poner en valor el agua mineromedicinal y también el agua de mar, y por supuesto todos los spas de bienestar que estaban experimentando una verdadera eclosión en aquellos momentos.
Todo ello, bajo el convencimiento de que la salud y el bienestar a través del agua, independientemente de su origen, estaban llamados a jugar un papel importantísimo a corto y medio plazo, como así está ocurriendo a pesar de las crisis económicas, la pandemia y otras vicisitudes.
En un momento como el actual en que proliferan los spas, especialmente en los hoteles...
¿Cómo de importante es que se aclare qué ha de tener un spa para ser llamado así para evitar desprestigiar estos establecimientos?
Otro de los principales motivos que me animaron a la creación de Tribuna Termal fue divulgar ese universo de salud y bienestar a través del agua bajo una perspectiva didáctica, con una información rigurosa y contrastada que colaborara a definir cada establecimiento según el tipo de agua, su filosofía y orientación y el público destinatario, ya que había una confusión enorme. Desafortunadamente esa confusión sigue existiendo, aunque en menor medida.
En 2011 y como consecuencia de la trayectoria que iba tomando Tribuna Termal en los países de habla hispana, un grupo de profesionales del sector fundamos la Asociación Iberoamericana de Termalismo y Bienestar–AITB—, que nos ha permitido crear una plataforma de formación online por cuyos cursos han pasado ya más de 300 alumnos.
Siempre trabajando para aclarar conceptos y utilizar un lenguaje común a la hora de definir los tipos de agua, de establecimientos, de técnicas hidrotermales y otras definiciones básicas en el sector, en 2019 creamos un Grupo de Trabajo integrado por 21 especialistas de 9 países (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, España, México, Panamá y Portugal).
En base a las distintas definiciones recogidas de diferentes asociaciones, guías de buenas prácticas, el manual de estilo de Tribuna Termal, publicaciones y estudios sectoriales a nivel internacional y debidamente analizadas y consensuadas publicamos el Glosario de Termalismo y Wellness.
Dentro de dicho glosario, el tipo de establecimientos, que es lo que nos ocupa en estos momentos, quedó definido de la siguiente manera:
- Balneario / Termas / Medical Spa: Instalaciones que utilizan Agua Mineromedicinal / Agua Mineral Natural a pie de manantial con un uso terapéutico bajo supervisión médica, las instalaciones deben estar debidamente acreditadas sanitariamente por la legislación correspondiente.
- Termales / Espacios Termales: Instalaciones que utilizan Agua Termal para usos recreativos o de ocio.
- Centro Talaso: Instalaciones ubicadas en entorno marítimo que utilizan Agua Marina y/o de Lago Salado, junto con clima marino y otros elementos del medio marino (algas, arena, limos, entre otros) que pueden ser utilizados con objetivos terapéuticos.
- Spa de Bienestar: Instalaciones que utilizan Agua de Consumo Humano / Agua Corriente con un uso recreativo, de ocio o de bienestar.
- Centro de Hidroterapia: Instalaciones que utilizan Agua de Consumo Humano / Agua Corriente y que aplican técnicas hidrotermales con un uso terapéutico bajo supervisión médica.
Posteriormente pasamos a acotar los servicios mínimos que debe tener cada establecimiento para poder denominarse como tal, haciendo especial hincapié en los Spas de Bienestar por la falta de reglamentación existente, y para que cualquier centro de belleza y/o estética con un par de cabinas de masaje no sea considerado un spa, por poner un ejemplo.
Para poder crear un producto serio el centro denominado spa deberá tener una infraestructura mínima que conste de una zona colectiva que disponga de al menos tres componentes: piscina, sauna y elementos de contraste, y una zona de cabinas para tratamientos individuales.
Por ultimo, señalar, que con el objetivo de identificar correctamente cada uno de los establecimientos definidos más arriba, facilitar una sistemática de trabajo que ponga en valor su idiosincrasia y los diferencie de aquellos centros que no cuentan con los requisitos necesarios, hemos creado la Norma AquaWellness Calidad AITB.
Esta Norma está diseñada para facilitar el marco adecuado para que las organizaciones de Turismo de Salud y Bienestar basadas en el agua puedan moverse en unos estándares reconocibles como muy altos.
Los centros con el sello de Calidad AITB aspiran a ser identificados como centros dónde se aplican técnicas hidrotermales y complementarias con fines de mejora del estado de salud y bienestar a nivel físico, mental y emocional, salvaguardando las máximas garantías de prestación de servicios de buena calidad, de higiene y seguridad sanitaria, eficiencia en la gestión interna y respeto al medio ambiente.