Hace unos meses, el Doctor Gestal, en una anterior entrevista en Spa’Relajarse, nos adelantó los muchos efectos beneficiosos de las aguas termales y mineromedicinales.
Entre otros, mencionaba los efectos analgésicos y antiinflamatorios de las aguas termales calientes e indicaba que el dolor crónico es el síntoma que motiva la mayoría de las curas termales, y el que se alivia mejor con ellas.
¿A grandes rasgos, cómo pueden colaborar las aguas en el tratamiento del dolor?
Los mecanismos puestos en marcha por la cura termal para el control del dolor son muy complejos y responden a muchos factores.
El agua caliente bloquea las señales de dolor en la médula espinal y aumenta la producción de endorfinas, aliviando el dolor.
También ayuda a producir sustancias que reducen el dolor.
Además, los opioides bloquean la señal del dolor en la columna vertebral y activan áreas cerebrales que ayudan a controlar la sensación dolorosa.
Cuando los tejidos se lesionan, especialmente debido a la inflamación, pueden causar dolor debido a cambios metabólicos locales.
El tratamiento termal actúa en ese nivel, ayudando a reparar los tejidos a nivel molecular, celular y de los órganos.
La presión del agua ayuda con la hinchazón, mientras que el calor beneficia el sistema vascular y los músculos, mejorando la flexibilidad de las estructuras de colágeno.
Más allá de las citadas acciones en los tejidos, se activarán mecanismos en las células y tejidos debido a la estimulación del eje hipófiso-suprarrenal (sistema hormonal que regula la respuesta del cuerpo al estrés y otras situaciones de emergencia).
Esto incluye la liberación de varias hormonas y sustancias que afectan la inflamación y la respuesta inmune.
También se activarán sistemas moleculares como las interleucinas, FNT, prostaglandinas, enzimas y antioxidantes (todas ellas son hormonas y sustancias que trabajan en coordinación para mantener el equilibrio y salud del organismo en respuesta a diversos estímulos y condiciones ambientales).
¿Según los minerales presentes en las aguas mineromedicinales, hay algún tipo de aguas que pueden resultar más efectivas contra el dolor?
Todas las aguas mineromedicinales van a ser útiles para el tratamiento del dolor, y también se utilizan mucho los peloides.
Las aguas radiactivas son sedantes y analgésicas y generalmente forman parte de todas las aguas mineromedicinales, en el caso concreto de todas las aguas de los balnearios gallegos. Los componentes minerales de las aguas van a ayudar a resolver los problemas de base de los diferentes dolores.
¿Existe algún dolor que se beneficie especialmente del efecto de las aguas mineromedicinales?
Los dolores que más se benefician son los debidos a afecciones musculoesqueléticas; ciertas afecciones neurológicas crónicas, y los dolores de origen vascular y visceral.
En problemas musculoesqueléticos, muchos estudios respaldan que la cura termal tiene un efecto analgésico beneficioso, especialmente para problemas articulares mecánicos, raquialgias crónicas, fibromialgia, afecciones periarticulares y reumatismos inflamatorios.
La mejoría del dolor se ha estudiado de manera más precisa, mediante ensayos clínicos controlados randomizados, en las artrosis de rodilla, lumbalgia crónica y fibromialgia, observando una eficacia marcada del tratamiento termal.
En las enfermedades neurológicas crónicas los dolores mejoran en las secuelas de los accidentes cerebrovasculares y de la esclerosis en placas.
Esta mejoría es consecuencia también de la mejoría de la espasticidad y de las alteraciones neuro-ortopédicas.
En problemas vasculares, se nota una mejora en los dolores de piernas en casos de insuficiencia venosa crónica (varices) y enfermedades arteriales crónicas de las piernas.
En las afecciones viscerales, se han observado mejorías en los dolores epigástricos de la dispepsia gástrica, y en los dolores cólicos del síndrome de colon irritable, pero la evidencia científica es menor.
También se han observado mejorías en los dolores pelvianos crónicos secuelas de la endometriosis, tanto en los dolores en reposo como los debidos a movilización uterina.
En algunos estudios, como el del prurito, la terapia termal ha mostrado ser superior a los corticoides para el prurito.
¿En este sentido, hablamos de un tratamiento de síntomas de acción inmediata o a largo plazo?
Además del efecto inmediato, diversos estudios han observado que la mejoría perdura al menos 6 o 9 meses, y hasta 1 año en los dolores de origen venoso, por arteriopatías crónicas y por alteraciones funcionales digestivas.
¿Es posible que exista alguna contraindicación de las aguas en el tratamiento del dolor?
Hay muy pocas contraindicaciones. Lo sería un proceso infeccioso activo contagioso, o un paciente en un estado caquéctico.
